En anteriores vídeos hemos tratado el embarazo y el parto desde un punto de vista emocional, físico y mental. Para continuar hablando del parto debemos darnos cuenta de cómo es la sociedad en la que vivimos; el sistema económico, político y social en el que estamos “civilizados”. Este sistema nos mantiene en un constante bombardeo de estímulos externos y si nos dejamos llevar por él estaremos cada vez más alejados de nuestro yo esencial. La civilización tal y como ha sido presentada en nuestras vidas desde nuestro nacimiento nos ha alejado de nuestro cuerpo, nos ha hecho ver el parto como un acto médico en el que la mujer no tiene más que dejarse hacer.

Por desgracia, los protocolos de la mayoría de los hospitales hacen del parto un proceso medicalizado y lo apartan de lo que verdaderamente es: un proceso natural, biológico en el que una mujer sana da a luz a su hijo. El miedo al dolor y la falta de información hace que muchas mujeres en la actualidad sientan verdadero miedo al parto. Su única preocupación es que le pongan anestesia y pasar por ese trance de la manera más rápida y aséptica posible. Nos ponemos en manos de los médicos con la esperanza de que ellos harán lo mejor para nosotras y para nuestros hijos.

Y sin embargo, los protocolos hospitalarios, al contrario de lo que creemos, no están ahí para asegurar un nacimiento sano, respetando la naturaleza del proceso y feliz. La experiencia de miles de partos, las asociaciones de madres que han sufrido partos traumáticos nos están abriendo los ojos a una realidad que no debemos pasar por alto. Los hospitales han medicalizado el parto y lo han intentado uniformizar. Han metido el proceso del nacimiento en un esquema en el que se administra por igual todo a todas las madres, haya problemas o no.

Según lo que todos entendemos, y lo que debería ser, el médico está ahí para solucionar problemas de salud. Sin embargo, en el caso de los partos, en muchas, en demasiadas ocasiones, las actuaciones médicas perjudican el perfecto ritmo, el delicado equilibrio, el sagrado momento de la llegada al mundo de un nuevo ser. Por eso, hemos hecho un recorrido por los diferentes protocolos para ofrecer a la mujer embarazada, y a la que aún no lo está, una información real de lo que cabe esperar si decide dar a luz en un centro hospitalario, que, por cierto, en los centros privados estos protocolos se aplican más que en los públicos.

En primer lugar, a la llegada de la mujer embarazada, se comprueba el grado de dilatación para determinar en qué momento del proceso se encuentra. Más adelante se administrará oxitocina para que todo vaya más deprisa.

Hemos repetido cientos de veces que un parto saludable y respetado debe desarrollarse al ritmo natural que determina el propio cuerpo. No es beneficioso para el proceso introducir medicamentos que están diseñados para acelerar la dinámica de la dilatación. Las prisas solo consiguen perjudicar el proceso, y el miedo hace que el parto se detenga. Tener estas dos premisas en consideración puede ser la diferencia entre un buen parto y un mal parto. Los tiempos de la dilatación deben respetarse. La mujer puede aprovechar la dilatación para hacer meditaciones, ejercicios de relajación y de respiración. Nos damos cuenta de que la velocidad de dilatación no es constante. Puede detenerse y acelerarse. De hecho, desde los 5 a los 10 centímetros suele acelerarse bastante.

Muchas mujeres asisten con miedo a su parto, cuando lo ideal es acudir confiada y segura de que todo va a ir bien. Y para lograr eso es preciso prepararse con antelación.

Para evitar los protocolos hospitalarios y tener el parto deseado, existe un documento denominado plan de parto, en que la mujer puede indicar sus preferencias en el momento del parto. En este sentido se recomienda estar muy bien informada y saber exactamente cuáles son los protocolos y los tratamientos para poder decidir cuáles quiere y cuáles no quiere que se le apliquen.

En cuanto a la anestesia epidural, es algo que se suele pedir cuando se desconocen las consecuencias, ya que, en aras de no sufrir dolor, se pierde todo control sobre el cuerpo y se entrega el trabajo de parto a los médicos, que tienen que recurrir a diferentes maniobras para sacar al niño de un cuerpo que no colabora en absoluto porque está completamente desconectado de su dueña.

Si quieres saber más sobre el parto y los detalles de los protocolos hospitalarios, hay muchas maneras de informarse.

Y si quieres tener sesiones para trabajar la preparación al parto desde las emociones, puedes solicitarlo en esta página.

Temas tratados

• 00:00- Bienvenida e introducción
• 01:04- La importancia del parto
• 01:45- Resumen de la primera parte
• 08:52- El plan de parto
• 13:08- Recuperar la confianza en el propio cuerpo
• 13:58- La medicalización del parto
• 20:40- La importancia de pasa las contracciones en casa
• 23:43- El parto como rito de iniciación
• 25:40- La exclusión de la realidad del parto de la vida social
• 38:48- El engañoso término "parto natural".
• 44:31- Consecuencias de la epidural.
• 48:34- El parto requiere un esfuerzo físico.
• 53:05- Despedida Despedida