Liberando con alumnos de ajedrez (curso 2016-17)
Víctor es un amigo y alumno de Libertad Emocional, que además es profe de ajedrez, y nos envía su experiencia aplicando diferentes técnicas de liberación (muchas inventadas por el mismo ) con sus chavales de las clases de ajedrez durante el periodo escolar. Un ejemplo perfecto de lo que se puede conseguir empleando solo 5 minutos de clase en enseñar y reforzar los hábitos de liberación emocional.
¡¡¡Muchas gracias Víctor!!! .
Nota: cuanta más confianza tengas en las técnicas con más convencimiento las transmites, como es el caso de Víctor que te contagia la ilusión al contarlas, cosa que se consigue con la práctica. Y si quieres más información sobre cómo aplicar las técnicas ocn los niños tienes esta página: Procesos y herramientas para sanar conflictos emocionales en niños.
Experiencia con los alumnos y su evolución en la actividad extraescolar de ajedrez en distintos colegios de Tres Cantos durante el curso 2016/2017
Al principio del curso les hablé de las técnicas. Cómo les podía ayudar a ser mejores personas, sacar mejores notas, y por supuesto, jugar mejor al ajedrez. Algunos me creyeron desde el principio, otros se mostraron con reservas. Según pasaron las clases, comenzamos a practicar siguiendo el orden que tenía preparado. Una técnica nueva cada día, y a su vez repasábamos las anteriores. Les gustó mucho desde el primer momento. Varios soltaron carcajadas liberadoras durante algunas técnicas. Aprendieron que sentirse bien está en sus manos y no depende mas que de ellos.
Poco a poco comenzaron a integrarlas en su día a día. Los resultados fueron contundentes. Todos confiaban en las técnicas y la gran mayoría practicaba a diario. Algunos empezaron a sacar mejores notas. Las hacían antes de dormir, antes de ir al médico, si se habían enfadado con alguien, si tenían una representación o alguna competición, etc. Se las fueron contando a sus padres. Uno en concreto dijo que gracias a ellas su papá se curó de una molestia en el estómago, y otros contaban que las hacían con ellos algunas veces.
A mitad del curso, por enero de 2017, las tenían como hábitos totalmente integradas en su día a día. Algunos padres me comentaron que estaban encantados y uno en concreto, cuyo hijo con dificultades de concentración desde el año anterior, ganó el campeonato de su categoría de la zona norte y quedó el mejor de la final de Madrid de todos los que fueron de su ciudad.
A final de curso se sabían casi todas las técnicas de memoria, y dijeron que una de las mejores cosas de la temporada fue el haberlas aprendido (sólo usé unos 5 minutos máximo en cada clase de una hora), viendo cómo los nervios se iban en el examen y rendían al máximo. Muchos comenzaron a sacar más dieces, y las notas mejoraron bastante en algunos casos. Hasta se inventaban nuevas técnicas.
En resumen, he observado claramente en los alumnos de los colegios que han aprendido y practicado regularmente las técnicas que:
- Mejoran en inteligencia emocional
- Saben resolver por sí mismos situaciones con emociones fuertes de una forma tranquila, rápida, gratis, eficaz y dinámica
- Ganan en confianza y ven la vida de una forma más sencilla
- Disponen de herramientas muy útiles para toda la vida que además pueden enseñar a más gente
- Aprenden a ver los problemas como una oportunidad para liberar emociones "negativas" y salir reforzados, y no como algo malo.
Técnicas de Libertad Emocional desarrolladas por Víctor (para cualquier situación en la que uno no se sienta bien, o simplemente para relajarse y sentirse mejor)
Consejos y cosas a saber
- Recuerda que deberás practicar para obtener resultados. Ánimo. La fuerza de voluntad sólo se consigue con constancia y esfuerzo.
- Prácticamente cualquier momento es bueno para hacer una técnica. No se necesita a nadie.
- Cuánto más se practique, mejores resultados se consiguen. Con pocos minutos lograrás grandes resultados en poco tiempo.
- Las técnicas son ideales para los exámenes, ir al médico, afrontar castigos o enfados, agobios y prisas, preocupaciones, y un largo etcétera.
- No desesperarse si una técnica no funciona. Suele ser cuestión de práctica. Prueba todas y usa las que más te gusten. Si una no te funciona, pruebas con otras.
- Altamente recomendable hacer todos los días (o los que se pueda) antes de dormir el 17 y el 18.
Técnicas
1. Estatua /congelación
Permanecer lo más quieto posible, centrándonos sólo en la respiración, que debe ser lenta y profunda. Preferiblemente con los ojos cerrados para evitar distracciones.
2. Globo
Hinchar el estómago como si fuera un globo mientras cogemos aire y encogerlo al expulsarlo. Hay que intentar coger y soltar todo el aire que podamos.
3. Yemas de los dedos
Unir los diez dedos por las yemas e intentar sentir el pulso. Si no se consigue, respirar profundamente, unir más fuerte los dedos y centrarse en la unión entre ellos.
4. La flor y la vela
Cerrar el puño y olerlo con los ojos cerrados como si de una flor se tratase, imaginando que huele muy bien, mientras inspiramos. Espirar soplando fuertemente sobre el puño como si apagáramos la vela de la tarta de nuestro cumpleaños. Hacer el ejercicio con los ojos cerrados.
5. Tapping
Dar toques con una mano sobre cada uno de los dedos de la otra. Con los dedos impares se dice la frase sobre la que se quiere trabajar y con los pares una frase positiva o de relajación. Ejemplo: “aunque tenga examen mañana (doy toques sobre el primer dedo), dejo que mi cuerpo se relaje (doy toques sobre el siguiente dedo)”. O: “aunque estoy un poco inquieto, me gusta el ajedrez”. Cada vez que pase sobre cinco o seis dedos, inspirar y espirar tres veces seguidas. Repetir el ciclo tantas veces como se quiera. Cuántas más, mejor.
6. Respiración completa
Puntuar de 0 a 10 cuánto nos molesta un problema, parte del cuerpo, situación, etc. Después inspirar y espirar una vez al máximo. Como estaremos casi sin aire, después respiramos 3 o 4 veces para volver a la normalidad. Volvemos a puntuar y así sucesivamente hasta que la puntuación baje a 0.
7. Visualización
Imaginar el problema o situación que nos molesta. Centrarse en la parte del cuerpo que se activa al recordarlo. Imaginar qué objeto sería el que habría en esa parte, cogerlo con la mano y hacer el gesto de tirarlo, acompañado de una respiración profunda. Repetir las veces que haga falta hasta sentir paz. Cuánto más detalle se preste al objeto, a la respiración y a las sensaciones, mejor será el resultado.
8. Tensar y soltar
Apretar a la vez todos los músculos posibles del cuerpo mientras soltamos el aire, y relajarlos mientras inspiramos.
9. Preguntas
Preguntarnos mentalmente:
1. ¿Puedo quitarme mi problema? Si la respuesta es no, respirar profundamente y repetir la pregunta hasta que diga sí.
2. ¿Quiero quitármelo? Si la respuesta es no, respirar profundamente y repetir la pregunta hasta que diga sí.
3. ¿Cuándo? Si la respuesta no es “ahora”, respirar profundamente y repetir la pregunta hasta que diga “ahora”.
4. Inspirar y espirar una vez profundamente.
10. Respiración triple
Inspirar profundamente en tres fases siguiendo este orden: primero se hincha el abdomen, luego el estómago y por último el pecho. Soltar el aire en sentido inverso: primero se deshincha el pecho, después el estómago y finalmente el abdomen.
11. Sentir la energía
Agitar fuertemente las manos dejándolas muertas, a continuación frotarlas entre sí lo más rápido posible y sin perder un segundo acercarlas entre sí pero sin tocarse, y moverlas hacia fuera y dentro, centrándose en el espacio que queda entre ambas y en las sensaciones que surjan.
12. Hacer desaparecer
Imaginarse el problema ante nosotros, extender las manos y hacer que desaparezca con nuestros poderes. Es importante finalizar el proceso con una respiración profunda.
13. Soplo dorado
Inspirar profundamente y soplar sobre nuestros brazos y pecho mientras soltamos todo el aire. Terminar con una respiración profunda.
14. Limpieza
Con las dos manos aplicar un pequeño masaje al cuerpo empezando por la cabeza, y bajando por los brazos, tronco y piernas, como si nos quitáramos migas de pan del cuerpo. Repetir el proceso al menos dos veces más y terminar con una respiración profunda.
15. Mente en blanco
Para dejar la mente en blanco, preguntarse en voz baja en qué voy a pensar después, y rápidamente inspirar y espirar centrándonos en la respiración. Sentir cómo entra y sale el aire, y cómo cada vez estamos más serenos y relajados. Si vienen pensamientos a la mente, repetir el proceso. Con práctica, cada vez se dejará la mente en blanco más tiempo.
16. Recoger energía
Con los ojos cerrados, acercar las manos al estómago, rozándolo pero con suavidad como si las manos fuesen palas excavadoras y quitáramos todo lo malo y negativo, las preocupaciones y los problemas, así como las molestias o dolores. Esta técnica se la podemos hacer a otra persona y puede ser tremendamente útil con un poco de práctica.
17. Piedra de la gratitud
Cerrar la piedra en la mano y apretar (si no se dispone de piedra, imaginársela), con los ojos cerrados, dando gracias por las mejores cosas del día que nos hayan ocurrido. En caso de que no se nos ocurra ninguna, basta con dar gracias por tener, casa, alimento, familia, poder ir al cole, a ajedrez, etcétera.
18. Piedra de la respiración
Apretar la mano con la piedra dentro (o incluso sin ella) respirando una vez profundamente por cada cosa del día que nos haya afectado, molestado o preocupado, por pequeña que nos parezca. Intentar sentir que parte del cuerpo se activa en cada problema mientras respiramos.
19. El mago
Imaginar que somos un mago con poderes .Con los ojos cerrados, sin mover el cuerpo, sólo con la mente, imaginamos que tenemos el problema o malestar delante y lo hacemos desaparecer (por ejemplo, dándole una patada como si fuera un balón de fútbol, lanzándole un rayo o de la forma más original que se nos ocurra). Nada mejor que dejarse sorprender por la propia imaginación.
20. Temblar
Mover todo el cuerpo haciendo temblar las piernas, cabeza y brazos, durante unos 10 segundos, para saciar al cuerpo y dejarlo tranquilo. Como cuando estamos deshidratados y con un par de vasos de agua nos recuperamos e hidratamos.
21. Reír
Nada mejor que reírnos por algo que nos haga gracia para soltar estrés y sentirnos mejor. Si no recordamos nada gracioso que nos haga reír, probar a reír sin motivo alguno. Al principio se hará raro, pero con un poco de práctica saldrán verdaderas carcajadas de la nada. Es como forzar un ataque de risa.
22. Inventa tu propia técnica
No hay nada más original que ser tú el que crees tu propia técnica. Deja fluir la imaginación y demuéstrate de lo que eres capaz. Aquí no hay reglas.