Aquel día, una buena pandilla de niños y niñas jugábamos en la calle a “burro”. Yo estaba extasiada...
Procedimientos para encontrar la causa emocional de los problemas
Cuando empieces a aprender las técnicas y entender cómo pueden ser tratados muchas cuestiones y problemas, es posible que venga un torrente de ideas sobre lo que quieres liberar. La siguiente lista de preguntas puede ayudar a centrarte en un determinado asunto, antes de comenzar una sesión contigo mism@.
Análisis de un problema
Usa tu diario y escribe las respuestas a las siguientes preguntas:
- ¿En qué no te siente cómod@? (Por ejemplo, el trabajo, relaciones, cuerpo físico, mente, espíritu, emociones, las finanzas, atlético desempeño, logros, etc)
- ¿Qué síntomas físicos te indican que no estás cómod@? (Me duele la cabeza, me siento tens@, Tengo miedo, estoy atrapad@, estoy confundid@, etc)
- Usa la lista de emociones como una guía, ¿qué emociones sientes en relación con el área de tu vida que describes? (Puede haber un grupo de sentimientos).
- ¿Hay una persona que dispara los sentimientos que acabas de mencionar?
- ¿La persona te recuerda a alguien en tu familia de origen? ¿Quién?
- ¿Qué situaciones desencadenan los sentimientos descritos? (Celebración de un día de fiesta, ir a la iglesia, la preparación para el estudio, las factura, siendo críticad@, etc)
- ¿Te recuerda algo de tu niñez? ¿Qué?
Una vez hayas respondido a las preguntas, repasa la lista de síntomas, emociones, personas y situaciones e intenta recordar memorias a lo largo de tu vida en las que experimentases algo parecido. Escríbelas en el cuaderno, con la puntuación de la intensidad emocional y la edad que tenías en aquel momento. Mientras que estás haciendo tu lista, puedes encontrar que algunos eventos no parecen causarte una incomodidad actualmente. Está bien. Inclúyelos de todos modos. El mero hecho de haberlos recordado sugiere una necesidad de resolverlos, aunque puede haber resistencias a hacerlo.
Te puede ayudar a recordar las situaciones revisar la causa emocioncional de los síntomas físicos, empleando los diccionarios enfermedad-conflicto emocional.
Ejemplo:
- Ansiedad:
Día de la comunión: 8, 10 años.
Me sacan a la pizarra: 6, 12 años. - Rabia:
Me quitaron el balón: 7, 5 años
Los reyes no me trajeron la bici: 5, 7 años.
Hablar con tu problema
Si te es difícil el método anterior para analizar tu problema, también es posible “personificarlo” para acceder a las emociones escondidas. El truco es darle voz, oido y expresión de modo que pueda hablar contigo, escucharte y reaccionar ante el diálogo. Es posible personificar cualquier problema o dolencia física.
Los pasos a seguir son sencillos:
- Imaginas a tu problema delante con un rostro y le preguntas:
- ¿Quieres decirme algo?
- ¿Cómo te siente?
- ¿Cuál es tu función?
- ¿De qué me proteges?
- ¿Qué les dirías a las personas con las que me relaciono?
- ¿Qué te responderían esas personas?
- Ahora hazte las siguientes preguntas a ti mirando el rostro de tu problema.
- ¿Qué haría si no te tuviese?
- ¿Qué te diría?
- ¿Qué te tendría miedo a decir?
- ¿Por qué quiero que sigas ahí?
- ¿Qué sería lo malo de sanar?
- ¿Qué podría hacer yo por ti?
El objetivo de todo el diálogo es identificar y apuntar las respuestas emocionales tanto tuyas como de la personificación de tu problema. No te pierdas en un diálogo con tu problema o en una búsqueda de razonamientos. En cuanto tengas las emociones intenta recordar cuándo las sentiste antes en tu vida.
Más herramientas
Si con estas técnicas no has podido encontrar recuerdos asociados al problema, puedes probar con otras dos que te explicamos en Herramientas para encontrar biochoques.