Durante el embarazo la futura madre siente muchas emociones. Algunas nuevas, otras antiguas, algunas...
Lactancia, bacterias y salud
Desde hace ya unos años, diferentes investigaciones muestran el delicado equilibrio entre nuestra salud y la de nuestras bacterias intestinales. Tanto es así, que condicionan correcto funcionamiento de nuestro aparato digestivo, inmunitario e incluso las funciones cerebrales. Nuestro bebé al nacer está libre de las bacterias necesarias para su correcto desarrollo. Las adquiere cuando atraviesa el canal del parto, con el contacto piel a piel y a través de la leche de la mamá. Esas bacterias ingeridas ayudarán a acabar de formar el intestino y modularán la respuesta del sistema inmunitario. Y no solo eso, la lactancia materna libera diferentes hormonas en la mamá y el bebé, entre ellas la oxitocina que favorece la aparición de un estado emocional positivo en los dos lo que protege de los efectos del estrés.
Sumando todo se comprueba que los beneficios de la lactancia materna en el bebé según la Asociación Española de Pediatría son:
- Durante el primer año de vida hay más riesgo de problemas infecciosos gastrointestinales, urinarios y respiratorios. Si las infecciones son graves aumenta hasta diez veces la probabilidad de hospitalización con mayor riesgo de mortalidad postneonatal y muerte súbita.
- Sin lactancia materna, a largo plazo se tiene más riesgo de sufrir dermatitis atópica, alergia y asma en criaturas con antecedentes familiares. Celiaquismo, enfermedad inflamatoria intestinal, diabetes mellitus, esclerosis múltiple y cáncer en la edad adulta. En el caso de las niñas cáncer de mama.
Además, también la madre disfruta de otros beneficios al dar de mamar:
- Gracias a la liberación de oxitocina, dar la teta produce agradables sensaciones que protegen de la depresión postparto, el estrés y la ansiedad. Favorece el alumbramiento y fortalece el vínculo materno-filial.
- También se reduce el riesgo de sufrir hemorragia postparto, fractura espinal y de cadera postmenopáusica. Padecer cáncer de ovario o de útero, artritis reumatoide y enfermedad cardiovascular e hipertensión.
Pero no podemos olvidar que en la lactancia pueden aparecer problemas fisiológicos en la madre que hagan más complicado disfrutar de ese periodo. Determinados conflictos emocionales vividos por la mamá modifican el funcionamiento del cuerpo generando las dolencias típicas asociadas a la lactancia, como las mastitis, grietas o mastosis. Estos conflictos se pueden catalogar en tres grupos, todos vivenciados dentro del "nido" (entorno de crianza del bebé):
- Protección o alimentación, que se expresará en las glándulas mamarias.
- Separación, mostrando síntomas en los conductos de la leche, dermis y nervios.
- Necesidad de apoyo, que afecta al tejido de sostén.
Los conflictos pueden afectar a la madre o al bebé, por ejemplo: no me siento protegida por mi entorno o siento que no puedo proteger a mi bebé, y son tratables aplicando el procedimiento descrito en la página Autosesión. Una vez liberadas las emociones del conflicto el cuerpo sana y desaparecen los síntomas.
Te dejamos con el vídeo de la charla que amplia todo lo comentado hasta ahora. Esperamos que lo disfrutes.
Vídeo