“Las plantas sienten cuando se las están comiendo”

Planta y gusano

Ya hace tiempo que existen estudios sobre las capacidades de sentir de las plantas. Los experimentos más espectaculares pueden ser los de Cleve Baxter, inspirado en las investigaciones de Jagadish Chandra Bose, que aportaban evidencia de que las plantas cambiaban su resistencia eléctrica, medida con un polígrafo, cuando eran dañadas, se tenía la intención de dañarlas o en respuesta al daño ejercido sobre otros seres cercanos. Cleve aseguraba, después de una gran batería de experimentos, que las plantas eran capaces de percibir las intenciones y emociones de otros seres, como seguramente puede hacerlo todo organismo vivo. Estas afirmaciones han sido objeto de crítica y desaprobación por parte de la comunidad científica debido a que "no siguió el método científico", algo objetivamente muy difícil de conseguir en experimentos con seres vivos.

Pero sí que podemos mostrarte en vídeo uno de los ejemplos más claros de la sensitividad de las plantas: la mimosa púdica, que cierra rápidamente sus hojas ante un contacto repentino.

 

Y, curiosamente, reacciona como los humanos ante un anestesiante como el éter.

 

Después de estos sorprendentes ejemplos de dejamos con el artículo de La Caja de Pandora.

Artículo original de La Caja de Pandora

Publicado por: xavi 03/11/2014

 

En esta nueva investigación queda claro que no solamente los animales son los seres sintientes del planeta; las plantas también se incluyen

Heidi Appel y Rex Cocroft, investigadores de la Universidad de Missouri, han demostrado que las plantas son capaces de sentir cuando están siendo ingeridas o lastimadas de cualquier manera. Incluso pueden reaccionar ante su inminente fin al activar ciertas defensas.

Para probar esto, los investigadores colocaron orugas sobre algunos berros (su alimento favorito), luego quitaron las orugas y a los berros les colocaron láseres y pequeños espejos que imitaban las vibraciones que emiten las orugas cuando se alimentan de ellos. Cuando los científicos después volvieron a colocar las orugas reales en las plantas, encontraron que la previa exposición a las “vibraciones de alimentación” resultaban en un incremento de aceites de mostaza: un químico que repele a muchas especies de insectos herbívoros.

En otras palabras, las plantas respondieron activamente a lo que percibieron como una amenaza inminente y activaron sus defensas. Y mientras desde hace tiempo se sabe que las plantas pueden comunicarse entre ellas, oler cosas y responder sorprendentemente a estímulos externos, esta es la primera vez que un experimento demuestra que responden a lo que Appel llama “una vibración ecológicamente relevante”.

Ello no significa que las plantas puedan sufrir como los animales lo hacen, pues no tienen sistema nervioso central. Pero la creencia en que los únicos seres sintientes son los animales puede desecharse de una vez.

 


 

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