La mente es un sirviente por excelencia y un terrible dirigente. Yo no soy mi mente, YO SOY (sin darme...
¿Cómo tratamos a la gente que queremos?
A veces, tratamos mal a las personas cercanas y queridas porque nos sentimos más cómodos con ellas y confiamos en que nos perdonarán, incluso si les hablamos o actuamos de manera poco amable. También podemos tomar a las personas cercanas como garantizadas, asumiendo que siempre estarán allí para nosotros sin importar cómo las tratemos. Además, a menudo expresamos nuestras emociones más fuertemente a las personas que nos importan, lo que puede llevar a interacciones tensas o incluso conflictivas.
Por otro lado, podemos tratar muy bien a las personas que acabamos de conocer porque estamos tratando de causar una buena impresión o establecer una relación positiva. Además, al no tener una historia o vínculo emocional con esas personas, es menos probable que tengamos reacciones fuertes o negativas hacia ellas.
Sin embargo, es importante recordar que todas las relaciones, incluso las nuevas, requieren esfuerzo y consideración para prosperar. Tratar bien a todas las personas, independientemente de cuánto tiempo las conozcamos, puede ayudar a construir relaciones más saludables y significativas.