Horarios no del todo definidos, llevarse trabajo a casa y sobre todo no disponer de tiempo suficiente para realizar las tareas son algunos de los motivos que generan estrés en el entorno empresarial.

¿Sabias que el 51% de los empleados afirman que estas situaciones antes expuestas son habituales en su puesto de trabajo?

Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que el estrés es el principal enemigo en el ámbito laboral, ya que afecta negativamente a la concentración, a la productividad, a la toma de decisiones y, por supuesto, a la consecución de objetivos. El estrés llena nuestra cabeza de preocupaciones y nos hace dudar de nosotros mismos. Esas dudas provocan que tardemos más en realizar una tarea, que la hagamos más torpemente, que no nos sintamos seguros de nuestro desempeño, además de amenazados, y por tanto nuestro trabajo pasa a convertirse en una fuente de malestar. Con ese panorama no es de extrañar que sintamos rechazo ante el trabajo.

Podríamos definir estrés laboral como “un conjunto de reacciones físicas o emocionales nocivas que aparecen en quien siente que las exigencias de su trabajo superan su capacidad, sus recursos o sus necesidades”. Si nos encontramos ante la responsabilidad de una tarea, o de un puesto, y con poco margen de maniobra, cuando nos exigen resultados pero no nos ofrecen la posibilidad de tomar decisiones aparece el estrés.

El estrés, en términos generales, es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia, una reacción que provoca que en nuestro cuerpo se activen diversos mecanismos de defensa cuando sentimos que una situación es amenazante. El problema aparece cuando esa respuesta natural se da en exceso o durante largos períodos de tiempo, generando una sobrecarga de tensión que afecta a nuestra salud: nuestro sistema nervioso se desequilibra e infinidad de hormonas son liberadas para activar los sentidos, acelerar el pulso, modificar el ritmo respiratorio y tensar nuestros músculos. Esa sobrecarga de tensión impide el normal desarrollo y funcionamiento de nuestro cuerpo, y desembocando en lo que conocemos como estrés crónico.

Es una realidad que este afecta directa o indirectamente a la salud. Vivir sometido a estrés, es decir, en un estado constante de alerta, desgasta nuestro organismo y puede llegar a originar diversos problemas de salud como ansiedad,  depresión, dolor y tensión muscular, insomnio, trastornos de atención e incluso trombosis o diabetes.

Nuestro cerebro es el responsable de reconocer y responder a aquello que nos estresa, de ahí que el origen del estrés se encuentre en el cerebro y le afecte a él directamente. Existen infinidad de datos experimentales y clínicos que ponen de manifiesto que, si la intensidad y duración del estrés sobrepasa ciertos límites, puede producir alteraciones considerables en el cerebro. El estrés agudo, incluso durante un corto periodo de tiempo, es suficiente para destruir conexiones entre neuronas en zonas específicas del cerebro; el estrés crónico, por su parte, provoca destrucción de neuronas y por tanto una disminución del tamaño de la zona cerebral responsable de la memoria, afectando al aprendizaje, la memoria y la toma de decisiones.

Pero no todo es trágico en lo que a estrés se refiere; por supuesto existe un cierto nivel de estrés que puede ser de gran utilidad para el desempeño de nuestra actividad profesional: ante una reunión o una entrevista importante, un mínimo de tensión nos mantiene atentos a cada cuestión y estimula nuestro cerebro para encontrar soluciones y resolver la situación de forma airosa para nosotros. Por eso, para conseguir que los profesionales sean capaces de lidiar con altas cotas  de estrés (ese invalidante y perjudicial para la salud) y convertir una justa medida de la tensión en un estímulo para la mejor toma de decisiones, hoy en día diversos colectivos empresariales apuestan por la formación en Técnicas de Gestión de Estrés y Autoregulación Emocional.

Durante los últimos meses, desde Gestión Emocional, hemos estado desarrollando un programa de formación para diversos colectivos, enfocada a conocer herramientas para gestionar las situaciones estresantes que se pueden encontrar tanto en el ámbito profesional como personal.

La Cámara de Comercio e Industria de Madrid, la Federación de Municipios Madrileños, el Ayuntamiento de Pedrezuela (Madrid) y el Sindicato Unión General de Trabajadores (UGT) son algunos de los colectivos que han estado recibiendo formación por parte de nuestra asociada, y directora de Gestión Emocional, Paloma Hornos, para conocer y manejar distintas herramientas que contribuyan a su salud laboral. De hecho, dicho programa ha sido incluido en en Plan Maestro de Prevención de Riesgos Laborales en UGT y en el Programa de Formación Continuada de la Cámara de Comercio. 

Mindfulness, Técnicas de Liberación Emocional, herramientas de comunicación asertiva, visualización o relajación forman parte de la metodología planteada en dichas formaciones, cuyo objetivo es aportar salud a colectivos afectados por las tensiones del día a día, tanto a nivel profesional como personal.

Manejar la tensión, descubrir qué es el estrés y aprender a reducirlo, gestionar las emociones, ser asertivo y compático son algunas de las asignaturas pendientes en nuestra sociedad y por ello desde Gestión Emocional y Libertad Emocional nos ponemos manos a la obra.

Para poner a tu disposición estas herramientas de salud, tanto física como emocional, te invitamos a tomar parte en un mini-entrenamiento online gratuito que comienza el próximo día 7 de Enero “SerenaMente” durante el cual descubrirás herramientas efectivas que aportarán serenidad a tu vida.

Descubre más sobre esta iniciativa a través de este enlace: “SerenaMente”, y aprovecha esta oportunidad que te brindamos de forma gratuita, como “Regalo de Reyes”.

“Decide TÚ, no permitas que sean tus emociones quienes dirijan tu vida” 

 

Formación para el Ayuntamiento de Pedrezuela

Formación para La Cámara de Comercio e industria de Madrid

Formación para UGT